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lunes, 8 de mayo de 2017

Me encanta ser una madre estándar...pero también una princesa


¡Ay que gusto! Empiezo a escribir otra vez, necesito soltar palabras so pena de empezar a hablar sola...que ya me ha pasado.

Es una barbaridad esto de como pasa el tiempo, y no lo digo por mí que sigo en mis treinta y seis (uno arriba, uno abajo), lo digo por mis hijos que no paran de hacerse más y más mayores. Mi nido está al mínimo, solo me queda un polluelo, los otros dos, prácticamente vuelan solos y noto como que pasan un poco de mí, en el buen sentido, claro. Mis sabias recomendaciones sobre los problemas existenciales y mis experimentados consejos de como caminar por el mundo, son bastante ignorados por ellos aunque supongo que es ley de vida, y más de la mía, que es bastante estándar en todos los sentidos.

Pués si, me encanta ser una madre estándar, no lo puedo evitar. No soy nada guay ni enrollada ni cosas de esas; yo soy muy pesada, protectora, y doy a la perfección el perfil típico de mamá común  . 

Eso de ' tu te pones el jersey porque yo tengo frío y punto' o 'como sigáis así voy a marcharme y desaparecer' lo he repetido hasta el aburrimiento. En este último caso, el de la amenaza de fuga, mi frase era: 'cojo mi bolso,  las llaves de mi coche y me voy'. Me parecía más creíble,  porque una madre suele llevar en el bolso lo mínimo indispensable para sobrevivir a la intemperie por lo menos un par de días, y lo del coche...añadía el componente de lejanía y kilómetros de distancia que imprimía realismo y además, se quedaban sin taxi. La realidad después era que, ni bolso, ni bolsa, ni frío ni fría; mis hijos, me oían como quien oye llover....

De todas formas, no creo que lo esté haciendo mal de todo, lo de ser madre digo. A ver...perfecta no soy, no nos vamos a engañar. Por ejemplo, me da que no le he inculcado lo suficientemente bien a alguno de mis vástagos el amor a la lectura. Me dí cuenta  cuando la pequeña me preguntó hablando de libros: 'Oye mamá ¿y Alvarito pan y vino, de que va?...¿¿¿Alvarito???...(aún me chirrían los oídos...).

Ayer fue el Día de la Madre. A la mía ya le dediqué hace algún tiempo uno de mis post. Esta vez me lo dedico a mí ¡que caray! ¡que bien me lo merezco!.

Oigo a mucha gente quejarse de que este día solo beneficia al Corte Inglés. No estoy de acuerdo. A mi me encanta que mis hijos me deleiten con sus detalles cariñosos el primer domingo de Mayo.

Al mayor, desde hace mucho tiempo le horroriza hacerse fotos conmigo en plan ñoño. Yo le digo: 'Hijo, cuando seas padre, tus hijos no se van a creer que soy su abuela porque no tenemos fotos juntos'. Su argumento es: 'Mamá, no confías en tus recuerdos'. Pues no hijo, para nada confío en mis recuerdos porque son las 7 de la tarde y ya no sé que comí hoy. Bueno, pues ayer me mandó un cariñoso Whatsap con una foto 'en plan ñoño' de nosotros dos....de hace unos 12 años y me dice: 'Ves mamá como sí que tenemos fotos juntos'. Claro mi vida, y la ecografía de tu embarazo también la conservo...

Las niñas son más melosas y además a esas, tendría que confiscarles los móviles para que dejen las fotos y los videos y no tienen ningún problema en que salga yo por el medio, en plan jueves. El  Día de la Madre me dicen mil zalamerias. A mi me cae la baba y me lo creo todo, que me quieren, que me adoran...luego el día a día es más durillo. ¡En fin! ¡Lo típico, vaya!

Pues lo que iba diciendo, en breve me quedo mas sola que la una, pero como Dios aprieta pero no ahoga, ya estoy en mi linea con un plan B: quiero ser princesa. No me he vuelto loca ni nada de eso, simplemente es que el otro día vi un príncipe y me quedé prendada. Yo le mire y me dio un pálpito, él me miro...y siguió su camino, en otras palabras, pasó de mí. Pero mira tu por donde que ya tengo otra ilusión en mi vida: volver a ver al príncipe de mis sueños. Lo malo es que todos los príncipes buscan esposa y todavía no se ha escrito el cuento en que alguno se case con una madre estándar como yo.

Es igual, con eso y alguna otra cosilla que también me ilusione, seguro que ya no me suicido cuando el nido se vacíe del todo.

Por cierto, de esto último, lo del príncipe digo, a mis hijos...¡ni palabra!

P.D. Ya no me preocupan las faltas de ortografía.