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jueves, 29 de mayo de 2014

Lo único que cuenta son tus ganas y perseverancia para conseguir un sueño


No tengo ni idea de técnicas de marketing on line, sigo poquísimos blogs porque ni siquiera se filtrar bitácoras parecidas a la mía o de mi estilo. Mis conocimientos no pasan de poner en Google, frases como: 'blogs de madres', 'madres blogeras', 'blogs diarios'....y ni eso consigo. Las búsquedas me devuelven unos resultados que no me convencen.

Hasta ayer, en mi lista de lectura solo existía el blog de  Carlos Bravo,  un 'crak' que se ha propuesto escribir una entrada diaria durante dos años y lo está consiguiendo. Es el artífice de  Marketing de Guerrilla en la Web 2.0 y leyendo  sus entradas antiguas, añadí tres bloggers más (que él recomendaba) a mi lista de seguimiento, pero al igual que la de Carlos, son páginas cuyo contenido se dirige a asesorar a bloggers, empresas, tiendas... o a cualquiera que quiera hacerse un hueco en la red en temas como posicionamiento, SEO,  marketing digital, apoyo con RRSS...y todas esas cosas en  las que soy una absoluta profana.

¡Quiero blogs de madres! Si sabéis alguno...

Sé que tengo mucho que aprender y seguramente me llevará más tiempo que al resto de los mortales. Ya  he dicho varias veces que la informática, la tecnología, las modernidades y todo lo relacionado  me supera...

Ayer mi hijo mayor, me recordaba como hace tres o cuatro años,  yo le prohibía beber 'Aquarius' por temor a que fuese una bebida 'diabólica' para ponerte como una moto, ya ves...También me decía muerto de risa: -'Mamá yo creo que los primeros móviles digitales tu los veías como algo mágico y un poco satánico...' Esto en concreto, no lo recuerdo, pero efectivamente siempre voy a la cola de la tecnología.

El verano pasado me convenció para abandonar mi Blackberry y sustituirla por un móvil táctil . Hoy se lo agradezco, pero desde el día uno hasta el treinta,  del mes  que en la tienda me dieron como periodo de prueba,  tentada estuve de ir a devolverlo. Acostumbrada a que mi BB se cayera al suelo, rebotara y siguiera como si nada, usar mi nuevo móvil táctil era un suplicio. Había visto muchas pantallas rotas, así que lo cogía como quién coge a un bebe recién nacido, con infinito cuidado. Cuando lo dejaba encima de una mesa, tenía que ser en el mismísimo centro,  no fuera a ser que con la vibración de una llamada entrante, el teléfono se acercase,  el solito dando saltos,  hasta el borde y una vez allí se suicidara...(es que la BB hacía esas cosas...)

Bien, asumo que tengo que ponerme las pilas y formarme si quiero tener aunque solo  sea,  una mini presencia como blogger. Pero es igual o más importante,  lo que un experto en la materia me decía ayer por mail,  y que escribo literalmente: "lo único que cuenta son tus ganas y perseverancia para perseguir un sueño".

A esas breves palabras, le doy más importancia que al mejor de los máster o cursos que pudiera haber hecho. Pueden faltarme formación y conocimientos, no importa, tiene arreglo. Pero si algún  día me faltan "las ganas y la perseverancia", se que se habrá acabado todo.

Y esto vale tanto para mí...como para tí.




martes, 27 de mayo de 2014

Lavar el coche


Hoy tengo un día de esos que mejor no levantarse de la cama...cruzado. Por suerte tengo motivos suficientes que me obligan a hacerlo, llevar a los niños al cole, limpiar la casa,  escribir mis blogs, poner la lavadora, tenderla, plancharla, volver a recoger a los niños del cole...como ves mi vida es pura emoción, aventura y nuevas experiencias Creo que lo más emocionante que he hecho ultimamente  es cambiar de marca de suavizante para la ropa...

Pero para esos días 'ñoños' en los que parece que no avanzas, que tienes ganas de tirar la toalla o que simplemente te cuestionas tu proyecto de vida por simplón a primera vista,  tengo un recurso que no me falla nunca....llevar el coche a lavar.

Hay quien se va de compras, quién decide hacer un cambio de look radical en la peluquería, quien se apunta al gimnasio...yo no. A mi lo que me pone las pilas y me mete un chute de adrenalina,  es una buena limpieza de coche. 

Solo llegar al centro de lavado ya me entran los nervios por ver si supero o no la primera prueba...¿conseguiré hoy también que no me cobren el plus de cinco euros más según tarifa,  por 'coche extra sucio'? 

Cuando el chico de turno se me acerca para hacerse cargo del vehículo empiezo a excusarme: -'Es que tengo tres niños...ya le tocaba...es que tengo poco tiempo....',  mientras voy distribuyendo en dos bolsas de plástico todos los  restos orgánicos e inorgánicos que siempre viajan conmigo: ocho tickets del control de aparcamiento, tres kleenex manchados de Nocilla, cuatro o cinco pipas, media docena de gusanitos, dos juguetes y sus respectivos envoltorios de McDonalds, un paraguas retorcido, unas cuantas monedas de un céntimo, una pinza de Hello Kitty, media galleta...

Esta última vez,  apareció debajo de mi asiento,  el típico chubasquero amarillo de  parque de atracciones todo dobladito y sujeto por una goma. '¿Pero si cuando fuimos a Portaventura yo aún no tenía este coche?' Un misterio...

Una de las bolsas va a la basura y la otra, la que contiene objetos variados que todavía pueden utilizarse...va al maletero, zona del vehículo que, un poco en broma y un mucho en serio, de digo al muchacho 'lavacoches' que ni se le ocurra abrir, que esa ya la limpio yo...un día (cuando necesite la rueda de repuesto).

Una vez, hasta renové mi vestuario con prendas de ropa que llevaban "algún tiempo" (cuatro temporadas más o menos) en la maleta del coche, esperando que yo me decidiera llevarlas a la parroquia. Como la moda es cíclica y aquella  debía haber completado su ciclo, a mí todo me parecía 'super-fashion'. '¿Pero esta falda...si es monísima?', '¿Este jersey de la mayor, no le valdrá ya a la pequeña?' ...

Tengo que decir que cuando los chicos terminan las tareas de limpieza y me devuelven las llaves del vehículo, se da siempre un pequeño momento de tensión: -'Tome, su coche'...-'No, ese no es mi coche'...-'Siiii ya esta limpio,  es su coche'... -'No. Quiero que me devuelvan mi coche'... -'Señora...¿quiere subir a su coche y marcharse que tenemos colaaaa?'.

Ni que decir tiene que ese día, es día de nuevas normas: prohibido comer en el coche, si tienes mocos te aguantas y juguete que vea aquí tirado...¡¡juguete que llevo a la parroquia! (o sea que meto en el maletero).


domingo, 25 de mayo de 2014

Adoro las obras y reformas...y los fenómenos paranormales


Digo adoro...por no decir una barbaridad.

El piso que está justo debajo del mío, está en obras y no es que le estén dando una manito de pintura a la casa ¡que va! ¡la tiraron entera y la están volviendo a hacer de nuevo! no se llevaron por delante los muros de carga del edificio de milagro...

Ojalá a los nuevos dueños les quede el piso precioso, pero de regalo de bienvenida les voy a sorprender con un taconeado especial  zapatos princesa Disney  encima del dormitorio principal a las 07.00 a.m. del domingo,  que lo van a flipar. Quién tenga niñas pequeñas sabe de lo que hablo.

Desde el primer día  estoy sufriendo contaminación acústica y peor aún,  riesgo de acabar sepultada bajo los escombros,  porque mi propio piso se haya venido abajo. A pesar de que la empresa que lleva la obra  me asegura que eso no va a ocurrir, yo tengo mis reservas y a las pruebas me remito...

Me enteré de que el piso se había vendido y que lo iban a reformar entero a golpe de taladro...si se le puede llamar así,  porque si me dicen que están utilizando una tuneladora yo me lo creo. La sensación es de que la cuadrilla de albañiles varios, me va aparecer en cualquier momento a través de las paredes. Alguna vez he salido 'escopetada' del baño por miedo a que antes de terminar, un operario asomara la cabeza por alguna parte.

Aquel día, el ruido era ensordecedor y a duras penas estaba intentando hablar por teléfono, cuando de repente ¡pataplum! (léase bien alto y con voz grave). Un metro de la moldura de escayola del techo del hall de mi casa ¡al suelo!. Horrorizada salgo corriendo y bajo para avisar de que hay que parar la obra. Cuando llego a la puerta del piso de abajo, que estaba abierta, el estruendo y la vibración eran terribles, y yo no veía a nadie ni me atrevía a entrar....no me había dado tiempo de ponerme el casco... Me puse a llamar al timbre como una loca pero lógicamente, solo lo oía yo.'¿Que hago?' -pensé. Pues me puse a chillar. '¡¡¡Holaaaaa!!! ¡¡¡Que me tiran la casaaaaa!!! ¡¡¡Holaaaaaaa!!! ¡¡¡Paren la obraaaaa!!! Aporreaba la puerta, seguía tocando el timbre y seguía gritando desesperada hasta que en un momento, se hizo el silencio de la máquina, me escucharon y vinieron a atender mis lamentos. Dos trabajadores subieron a ver los destrozos, se llevaron una muestra de la maltrecha moldura hecha añicos y me aseguraron que la empresa se haría cargo de la reparación.

Como ese mismo día se me fundieron tres bombillas, les dije que prefería esperar a que terminaran la reforma, dejar que mi casa se fuese destruyendo poco a poco y ya si eso, libre de todo taladro, me la reparasen después entera.  Dijeron que tardarían un mes...estos pierden dinero con la obra, llevan dos meses y no tiene pinta de acabarse.

Aprovecho para contar, por si alguien que lea este post está puesto en temas de electricidad y sus procesos asociados, me puede dar  la explicación técnica pertinente, al extraño fenómeno que se está produciendo en el baño de los niños. Como sé que se las van a volver a cargar, las bombillas que se van fundiendo por la vibración del taladro, he decidido no cambiarlas por ahora, bueno a no ser que sea, como yo les llamo,  una bombilla de 'vida o muerte', esa que si no funciona implica impepinablemente que te estampes contra algo y el resultado sea,  nueva dentadura o dedo meñique del pie tipo soufflé. El citado fenómeno consiste en que una de las bombillas fundidas, curiosamente cuando el taladro está funcionando, se enciende y apaga  ella sola de forma intermitente. Ahí dejo la cuestión...

Ahora que estoy recordando, me percato de que el baño de los niños en mi casa, es epicentro de fenómenos paranormales...En el piso en el que vivía antes, el de las cu.......chas (ver Dos fobias y otras virtudes... quién no sepa de que hablo), una mañana, cuando mis hijos se fueron a asear para ir al cole, por el desagüe del lavabo...había brotado una planta, bueno, un tallo con dos hojitas. Os prometo que mi casa se limpia con normalidad y además soy bastante adicta a la lejía y al amoniaco, incluso en alguna ocasión, en un arranque de pulcritud exagerada,  acabé en urgencias por mezclar los dos líquidos. Pues allí estaba aquel milagro de vida vegetal...que me provocó serias dudas en torno a su eliminación y que todavía hoy no me explico. A ver, entiendo que pueda nacer una planta...¡pero no de la noche a la mañana!

Sigo con la obra... Mira que yo soy positiva y siempre he pensado que Murphy  , padre o hijo (parece ser que no está muy claro a cual de los dos se debe la famosa 'ley'), era un cenizo augurando por defecto malos pronósticos, pero en esta ocasión no me va a quedar más remedio que estar de acuerdo con él. Es sonarme el teléfono en casa y comenzar a funcionar el  taladro o máquina de similares características acústicas,  por lo que la comunicación con el exterior por ese medio,  me está resultando altamente complicada.

Por todo lo expuesto, de ocho de la mañana a ocho de la tarde, de lunes a viernes (deben hacer horas extras), si queréis contactar conmigo,  que sea por escrito por favor. Y si tardo en dar señales de vida más de dos días...que alguien avise a los bomberos.


viernes, 23 de mayo de 2014

¿Alguien me puede decir qué es amor?




Hoy hace un frío que pela y estamos casi a finales de mayo. No se cuando publicaré esta entrada, así que si cuando leáis esto  hace un calor de muerte, no penséis que me he vuelto loca.

Sigo investigando formas de conseguir audiencia. He leído un dato nuevo para bloggers que escriben a modo de diario como yo. Decía: olvídate de 'vosotros' y utiliza el 'tu'. A ver si me sale. Ya sé...imaginaré que hablo con Aurora...al fin y al cabo es la única que hace comentarios en el blog y le agradezco mucho ese esfuerzo que está haciendo.

Normalmente busco las fotos que acompañan mis historias en páginas de descarga gratuita o de fotógrafos conocidos que me den permiso para utilizarlas. No quiero que me caiga un paquete. Lo habitual y lógico, es escribir lo que sea y después localizar la imagen que me parezca más idónea para el tema, siempre dentro del estilo propio de cada uno, claro. Pero esta vez, lo hice al revés. Encontré esta imagen, me gustó mucho...'Malo será que no me encaje en alguna entrada' -pensé, y la guardé.

Dicen que 'una imagen vale más que mil palabras' y como esta me encantó, quiero compartirla contigo, así que  hoy voy a ver que me sale inspirándome en ella.

El corazón rojo y la palabra 'love' no dejan lugar a duda de la idea que quiere transmitir: amor. La textura simulando las ondas del agua, yo diría que de una piscina,  irradia frescura y los colores vivos recuerdan al calor del verano. Podría ser una  imagen que represente el primer amor de juventud:  fresco, vivo, alegre...

Mucho he pensado yo sobre el amor, sobretodo en los últimos años, porque es un término tan amplio, con un abanico de significados tan extenso, que me siento incapaz de acotarlo aventurándome a contar lo que para mi pueda representar. He mirado en la RAE (mi segunda casa) por si los miembros de la Academia,  bastante más eruditos y cultos que yo, hubieran conseguido afinar más lo que significa 'amor', y tampoco. Ellos enuncian bastantes significados para esta término pero no me aportan lo que estoy buscando. Aquí tienes el enlace directo a  amor   . Te pido que lo veas antes de seguir leyendo este post,  y después te  haré una pregunta. Tómate el tiempo que quieras. Yo espero.
                                                                     ............

¿Has acabado? ¿Sabes ya qué es 'amor'? ¿A qué no? A lo mejor tienes una idea que lo representa, pero apuesto a que si quieres ponerla por escrito, necesitarías folios y más folios,  y seguramente nunca acabarías por plasmar absolutamente todo lo que significa. Puede que encuentres un símil, una metáfora, una imagen, un manera de explicar algún amor en concreto, como amor a los hijos, amor a los padres...pero la definición general...lo dudo. Incluso la imagen que he puesto hoy,  con sus 'mil palabras', se queda corta.

El único razonamiento que encuentro es que sea una palabra vinculada a Dios, porque es igual que Él, inexplicable. 

Si alguien puede darme una definición de amor se lo agradecería enormemente (no sabéis como me cuesta lo del 'tú'...tengo la sensación de estar psicoanalizando a alguien...)

Me encuentro fatal, hoy he comido un revuelto de espárragos verdes que me encanta, he merendado chocolate con churros y pan con mantequilla y mermelada, al llegar a casa me he hecho un sandwich de jamón de York y he cenado un platazo de sopa de cebolla con un trocito del bizcocho que compré para el desayuno de mañana de los niños...Debe ser eso. Me voy a la cama.



jueves, 22 de mayo de 2014

Operación bikini con té verde


He decidido que voy a cuidarme. No es que me importe mucho que el verano ya esté ahí, bueno un poco si, pero es que no me encuentro muy bien y con treinta y seis años (uno arriba, uno abajo)...me preocupa.

Todo aquello que como, se instala en alguna parte de mi cuerpo,  principalmente caderas y pechera. Es curioso, pero los brazos y las piernas siguen flacuchos con lo que estoy empezando a tomar el aspecto de un calamar...Siempre he tenido 'buen saque' y nunca necesité preocuparme por el  peso (menos cuando me quedaba embarazada que entonces si que era un desmadre), así que estoy segura de que aquí está pasando algo. Sea lo que sea, ya estoy tomando medidas.

Para empezar, el té verde. Este domingo uno de mis hermanos me lo recomendó como la panacea para la disolución y pérdida de grasa corporal. Bien...en cuatro días ya me he debido beber cien hectolitros; té verde de desayuno, té verde a media mañana, té verde después de comer, té verde a la hora del té y un té verde antes de acostarme. Tendré que esperar un poco más para ver los efectos, porque hoy es jueves y cuando me pongo un pantalón sigo pareciendo una francotiradora en potencia....¡Pobre del que reciba el botonazo! 

Ansiosa por ver mi cuerpo recuperar su forma habitual, el lunes a primera hora me fui a comprar la infusión milagrosa. Estuve tentada de comprar una variedad que contenía además jengibre y naranja, pero como me conozco, pensé: - 'María no empieces a inventar que te han dicho que el té era verde y nadie te habló de otros ingredientes...'. 

Es que tengo una tendencia innata a hacer 'apaños' con las cosas,  y más si se trata de tratamientos para algo.

Llevo tiempo intentando dejar de fumar, he probado casi todo lo que hay en el mercado, y no lo consigo. Consejo: los tratamientos hay que hacerlos tal y como dicen las instrucciones.  Por ejemplo, si cortáis los parches de nicotina en trozos para que la caja os dure más...que sepáis que eso, no funciona...

En uno de mis intentos para dejar la nicotina, aguanté  mes y medio. Tan orgullosa estaba de mí misma, que no paraba de asomarme a la puerta del kiosko de al lado de mi casa, donde solía comprar el tabaco, y decirle al kioskero: -¡Ya no soy clieeeentaaaa!. Tanto chuleé, tanto chuleé que  cuando empecé a fumar otra vez, me daba muchísima vergüenza volver al kiosko y estuve todo un mes yendo a comprar los cigarrillos tres manzanas más lejos...en plan incógnito. Hasta que un día de lluvia, harta de tanto paseo, con la 'cabeza gacha y el rabo entre las piernas', me armé de valor, entré y dije: - 'Quiero mi cajetilla ...por favor'. Y no me quedó otra que aguantar cierta  sonrisilla del buen hombre,  que estoy segura sabía que tarde o temprano....¡volvería a ser clieeeentaaaa!

Además de tomar  té verde, quiero empezar a hacer ejercicio de nuevo...¡qué eso es 'pa' verlo! Solo os digo que aunque esté tirada en en el suelo del salón, con leggings, sudadera en la cabeza y un letrero que informe claramente: "Estoy haciendo gimnasia", mis hijos con cara de horror me siguen preguntando...'Pero mamá...¿¿¿qué haaaaaaces???

¡En fín! Os dejo un enlace 'Muy interesante' sobre el té verde y sus propiedades...Yo me voy a tomar...otro.


martes, 20 de mayo de 2014

Tacones y zapatillas


El verano pasado me fui  unos días  vacaciones con una amiga del alma a la que hacía siglos que  no veía. Nos conocimos en la universidad, perdimos el contacto durante largo tiempo y volvimos a reencontrarnos hará unos  seis o siete años...más o menos cuando las dos decidimos que ya estaba bien de dar a luz, y que había que hacer otras cosas.

Las amigas son terapia, como la risa, pero es que con ella se juntan ambas cosas. Más de una vez, con motivo de alguna preocupación o problema de alguna de las dos, nos hemos llamado por teléfono para desahogar y sin saludarnos siquiera, nos hemos puesto a reir a carcajadas, en mi caso, ante el pasmo de mis hijos. Supongo que la personas habilitamos todo tipo de mecanismos para salir a flote cuando las aguas se vuelven turbulentas...y a mí me da por ahí.

Preparamos el viaje con ilusión, mejor dicho, preparó, yo no suelo saber que va a ser de mi vida hasta la víspera, de hecho estuve dudando mucho entre ir o abandonar el plan. Acostumbrada a estar  al pie del cañón los trescientos sesenta y cinco días del año (uno más,  si es bisiesto),  me parecía un lujo y me daba cierto remordimiento sacarme el mandil, y por unos días, pensar solo en mi misma.

Pero como ella es cabezona y además mi familia me animó mucho, me lié la manta a la cabeza y allá nos fuimos las dos.

Nuestra idea era pasearnos por el mundo con mucho 'glamour'. Había que aprovechar que estábamos sin niños y que dejábamos cada una en su casa, reposando, los problemas de  unos últimos años bastante moviditos.

Sí, mucho glamour.

Para empezar las maletas. Como diría  Luis Piedrahita , llenas de 'porsiacasos'. Seis días de viaje y cuarenta kilos de bultos por cabeza pagana. ¿Qué que llevábamos? Yo creo que ni nosotras lo sabíamos..., el tema era básicamente, necesitar algo y tenerlo y como las mujeres tenemos serios problemas para decidir que ponernos, imaginad esa preocupación para seis días, con sus seis noches, con sus seis tardes, con sus seis medias mañanas...un cuadro. Ni que decir tiene que en ningún hotel deshicimos la maleta...nos hubiera llegado el 'checkout' colgando ropa, ubicando complementos y acomodando tacones.

En uno de esos hoteles hicimos el ridículo más espantoso intentando subir a empujones y golpes nuestro equipaje (que por pura gravedad volvía para abajo constantemente) por las escaleras de la entrada principal, hasta que un anónimo y asombrado espectador de la escena nos indicó que tres metros hacia la izquierda teníamos una rampa que nos haría el trabajo más sencillo.

En otro de nuestros selectos alojamientos, a la hora de registrarnos, mi amiga debió decidir que el botones tenía mucha panza y allí mismo, le hizo agacharse a recoger todas las monedas que de su monedero cayeron cuatro veces seguidas mientras ella buscaba su DNI. La calderilla rodaba y rodaba, aparentemente sin fin, por aquel hall (justo el día en que tienes el monedero con la carga perfecta para ir a una tienda de chuches...). El chico nos miraba implorando: 'No, por favor, otra vez no' a la vez que sus ojos parecían preguntarse: '¿De donde han salido estas dos?'

Poco a poco fuímos dejando el glamour por el camino y al llegar a mi casa donde pasamos los últimos días, ya éramos nosotras mismas, o sea glamour cero. Pero.. ¡como nos reímos durante aquellos días!. ¡Menudo tratamiento antiestrés nos habíamos pegado!

Es lo que tienen las buenas amigas,  esas con las que te sientes igual de a gusto, como cuando estás en el cuarto de estar de tu casa, en zapatillas,  con un 'chicho' en la cabeza y sin gota de maquillaje. Con ellas no hay miedo al fracaso, no hay apariencias, no hay rodeos. Normalmente se cuentan con los dedos de una mano y a lo mejor hasta te sobran algunos. Pueden pasar días e incluso meses sin que sepas de ellas, pero cuando contactas de nuevo...solo hay que retomar la conversación.



domingo, 18 de mayo de 2014

Tengo que tener una seria conversación con Dios


Aunque como le oí decir hace poco a una amiga, la 'marca Dios' no está de moda, yo soy una clásica. Solo el hecho de que haya creado tantas cosas y no las haya patentado ya me dice mucho a su favor.  Quién me vería a mi creando el sol, la luna, los árboles, las personas, la vida...¡estaría forrada vamos!, pasaría todo por la OEPM, y ojito con las descargas ilegales, plagios y falsificaciones.

Ahora en serio, pánico me da cuando tenga que vérmelas con Él. La fe es un don como otro cualquiera. Suerte los que le ha sido dado de manera férrea y afortunados incluso los que ni de lejos quieren saber del tema. Pero ¿y los demás? ¿que pasa con los que tenemos una  fe estándar? Creo que somos los que salimos peor parados...

Los primeros, los de la fe férrea,  no se cuestionan nada o por lo menos es lo que transmiten: esto no se acaba aquí. Los segundos tampoco: cuando esto se acabe, se acabó y punto pelota. ¿Y el resto? Los que pasamos de tierra firme a terrenos movedizos depende el día, la hora y el minuto, los que hoy lo vemos muy claro y mañana muy oscuro, los que a veces confiamos en un reencuentro con los que se han ido antes y otras veces nos vemos solos en la eternidad....

Parto de la base de que todos los hombres somos seres humanos iguales, incluidos los que por su trayectoria, sus acciones, su formación, su clarividencia y su fe, han llegado a lo más alto y más cercano a Dios, los Papas. Con los Santos ya dudo un poco más, porque lo de los milagros ya son palabras mayores. Digo esto porque no quiero caer en la demagogia de  que si la Iglesia esto o si la Iglesia lo otro, si los curas esto o si los curas lo otro. De todo hay en la viña del Señor y nunca mejor dicho. Si analizamos a los seguidores de otros credos, ideologías o cualquier tipo de idea en general,...siempre vamos a encontrar datos en contra, porque los seres humanos siempre tenemos algún dato en contra y cualquier grupo que piense, está formado por eso, por seres humanos. Yo estoy hablando de la fe en  Dios, no en los hombres.

Personalmente,  puedo decir que tengo fe, y sobretodo, que quiero tenerla (solo le veo ventajas), aunque en determinados momentos por exceso de racionalización me entre la angustia de la duda. En esos momentos, por básico que parezca el argumento,  miro a mi alrededor y veo todo lo que ha inventado, aunque no lo haya patentado,...y ya me llega.

En ese sentido me gustaría tener una charla con Dios....¿pero de verdad que era necesario inventar más de un millón de especies de insectos diferentes? y eso de las catalogadas porque parece ser que sin clasificar podría haber muchas más...¿Qué te excediste? ¡Pues ahí tenias a Noé para arreglarlo! Pero no...¡todos a bordo!


viernes, 16 de mayo de 2014

Lógica infantil



Me encantan los niños. Si no fuera por el 'trabajiño' que dan, los años que tengo y los achaques de mi último embarazo, no me importaría tener unos cuantos más.

La abuela de mis hijos, suele decir que siente horrores no haber tenido una libreta siempre a mano donde ir anotando las frases célebres de los pequeños de la casa,  porque con el paso del tiempo, se nos  van olvidando y es una pena. 

Recuerdo algunas de estas sentencias, falacias o 'palabros' inventados de mis niños y muchas veces, además de contarlas, me las repito a mi misma con el único fin de no olvidar.

Mi hija pequeña, que se lleva ocho y nueve años con sus hermanos mayores, pasó los primeros años de su vida 'autoeducándose' de rebote con los sermones  que le caían a los otros dos, y con los que su padre y yo, intentábamos orientar de la mejor forma posible que sabíamos, sus vidas. Él,  incidiendo básica y enérgicamente en el tema de los estudios, y yo en la cuestión de ser buenas personas. Los dos éramos bastante pesados e insistentes, cada uno con lo suyo, e inconscientemente nos repartíamos así la tarea.

Así que entre otras pláticas y monsergas hacia los mayores, las palabras examen, estudiar, deberes, educación, aprobado, suspenso...iban calando en nuestra hija pequeña sin darnos cuenta. Hasta aquél día en el que la niña, en su fantasía y queriendo no ser menos que sus hermanos, nos transmitió que ella también quería ser merecedora de nuestras enseñanzas y si era necesario, recibir una bronca (debía sentirse marginada y poco importante). Tenía apenas cuatro años.

Habíamos ido a recoger a los tres al colegio. En el coche,  a la que encontró un hueco para hablar, la pequeña soltó: - 'Hoy tuve samen'. Todos nos quedamos callados. No nos constaba que a esa edad se tuvieran 'sámenes'. En mi sorpresa, le pregunté: - ¿tuviste un exámen hija? caramba...¿y de qué?. - 'De Medio', -respondió ella. -'Y ¿que te preguntaron en Medio?' -continué. - 'Lengua' -contestó toda llena de razón. Ya estábamos todos un poco perdidos pero había que saber como acababa aquello, así que seguí interesándome. -'¿Y que temas estudiáis en Lengua? dije. -'Mates' -dijo la niña, ya un poco harta de mí. Supongo que para ella lo interesante era simplemente decir que había tenido 'samen', mis preguntas sobraban. Pero yo no claudicaba y seguí. -'Dime cariño, ¿y que estáis estudiando en Mates? Me miró como si yo fuera  una inculta de la vida y zanjó la conversación con su lengua de trapo espetando con total seguridad: -'¡Pos que vamos a estudiar en Mates mamá!...¡mates, miecoles, jueves....!. Me quedó claro.

También recuerdo, cuando aun eran pequeños, hacer a mis hijos mayores la sempiterna pregunta de 'que queréis ser de mayores', por cierto,  me gustaría saber que dicen ahora los niños ante esa cuestión porque supongo que los clásicos: bombero, monja, peluquera, policía...estarán cayendo en desuso...me suena que la mía pequeña quiere ser estrella del pop...y debe ser de familia el tema del espectáculo porque en aquella ocasión, uno respondíó,  'cantante' y la otra en la misma línea..., 'bailante'. Tengo que decir que con los años sus preferencias han evolucionado bastante,  así que no tendré en casa ni un Bisbal ni una Sharika...bueno, por ahora... (a ver como termina la 'estrella del pop').

Yo misma hice pasar un mal rato a mis padres cuando todavía iba en silla,  un domingo en que fuimos a misa toda la familia. Era una iglesia,  aún existe,  en la que preside el altar la figura de un Cristo crucificado enorme,  que parece volar sobre todos los feligreses. A mi aquella imagen me debió impactar, y en el silencio del culto,  solo interrumpido por las palabras del sacerdote,  desde mi sillita de paseo, empecé a sacar mis propias conclusiones...-¡Mamá, tene manos! - dije en voz baja refiriéndome a aquel gran Cristo. -¡Calla María! - susurró mi madre. -¡Mamá, tene pies! - insistí un poco más alto. - ¡Calla María! - me repitió mi madre. -¡Mamáaaa, tene culooooo! - exclamé a grito pelado. Mi padre decidió que mejor esperaba conmigo fuera de la iglesia a que acabara la misa, pero antes tuvo que atender a uno de mis hermanos que extendiendo la mano le decía: ¡Papá, dame una 'pezeta' para el 'pezetero'!  (era el momento de la colecta).

Se que es un error de bulto, no corregir estos deslices lingüísticos a los niños, pero yo siempre fui incapaz de hacerlo. Es más, siempre los he incorporado a nuestra vida diaria,  y todos en casa los utilizábamos  de forma normal, hasta que con el tiempo desaparecían por ley natural.

Es una de las cosas que más me gustan de los niños, su sencilla y casi siempre lógica manera de expresarse, que a veces supera en sentido común, a los adultos. No sé si es pasión de madre...



jueves, 15 de mayo de 2014

¿Por qué no se lee mi blog?






Ayer buscaba en Internet consejos para conseguir que la gente lea mi blog. La primera página que abrí, entre otras recomendaciones,  decía textualmente "si hablas de un tema personal que solo te interesa a ti y a tu madre, me temo que no recibirás muchas visitas". Me reía sola  pensando: 'la llevas clara María...¡si es que ni tu madre lee tu blog!'.  El otro día al preguntarle si había leído mi primera entrada,  me contestó: 'si,  la he visto por encima, pero no me he parado mucho a leerla...es que hay mucha letra...'.

A ella le gustan otras cosas,  pero no penséis que tipo cocinar, planchar o salir a tomar café...¡qué va!. Yo la admiro,  porque teniendo en cuenta,  como me cuesta a mí esto de la informática,  para su generación, es una 'fenómena' con el ordenador (no digo para su edad porque me quedo sin comer el domingo).

Una vez que salvó el primer obstáculo al comprender que para enviar un correo electrónico, no era importante si @ se escribe con 'b' o con 'v', todo fue coser y cantar.  Tiene montón de tableros en Pinterest, juega al burraco on line con sus amigas y otros seres desconocidos de todo el planeta, te localiza en la red cualquier cosa que le pidas y a base de verla comprar por Internet, me aficioné yo,  a vender por el mismo medio (por llevar la contraria). Lo vendo todo. Un día os cuento.

A lo que iba, otras cosas que recomendaba el buen hombre en su blog,  para conseguir audiencia eran: 

- Publica más a menudo. ¡Qué majo!...como se nota que es hombre. Tentaciones tuve de enviarle por la pestaña de 'contacto', una foto de los tres trapillos que tengo pendientes de planchar...

- Apúntate a los Hangouts o webinars que dan tus competidores. No sé quienes son mis competidores, pero esas cosas que hacen, así...a priori, no me gustan, suenan a palabrotas...

- Hazte una "egoplastia". Este término lo inventó él fijo,  porque en Google no aparece. Menos mal que explica lo que es: "un corte importante y permanente en tu personalidad narcisista". O sea, toda una vida intentando ser yo misma y cuando lo consigo...¡hala! a amputarme el 'yo' para quedarme en 'misma'. ¡Never, never!.

- Aprende SEO. Yo busqué SEO,  y Wikipedia dice que es,  catedral principalmente en Aragón o Cataluña. ¿Valdrá haberme leído 'Los pilares de la Tierra'?. También habla de la Sociedad Española de Ornitología. Y al final dice algo sobre 'posicionamiento en motores de búsqueda',  pero a eso ya no le hice caso...¡no me voy a saber todas las definiciones de SEO! ¡que no soy la RAE!.

- Actúa sobre los comentarios que entran en tu blog. Ahí chic@s, os paso la pelota...¡prometo contestar a todos y cada uno de vosotros! 

Seguiré buscando métodos para conseguir lectores y audiencia. Pero como la segunda página que abra vaya por el mismo camino que la del 'Dr.Egoplastia' (sin acritud,  que seguro que es una eminencia en el tema) , mucho me temo que tendré que ir por libre, porque yo tengo que compatibilizar mi blog con la plancha...que ahí si que tengo una buena ...SEO.

De todas formas estoy contenta. Según las estadísticas de Blogger, ya me ha leído una persona en Italia, tres en Alemania, treinta y nueve en EEUU...y ¡cuatro en la República del Congo!. Me pregunto como será 'la vida estándar' de madre en el Congo....


martes, 13 de mayo de 2014

Dos fobias y otras virtudes



Yo físicamente, la verdad no me cuido mucho. Propósitos tengo, e intentos hago, pero me falla un poco la constancia. En lo que sí pongo verdadero empeño,  es en estar bien de la cabeza (que mal ha sonado eso), me refiero a la mente. Y como sé qué cuerpo y cerebro van unidos, y del primero paso bastante, tengo que duplicar mis esfuerzos para conseguir que el segundo, funcione decentemente.

Trato de entender mis debilidades y como no queda otra, las incluyo en mi curriculum. Da paz asumir que una no es perfecta.

Así, a bote pronto, reconozco que tengo dos fobias.

La primera, las cu.......chas.

En el domicilio anterior al piso en el que resido actualmente, que era un edificio relativamente moderno y aparentemente sin 'ocupas' , un buen día, aparecieron. Como yo con aquello literalmente 'no-podía-vivir', tracé un plan, que cubría varios frentes. Lo primero ir al psiquiatra.

-'Hola buenas tardes' - saludé muy correcta, y debí sonreír (suelo hacerlo por cortesía y además no estaba allí por una depresión o cualquier enfermedad mental severa...conocida). -'Buenas tardes ¿qué te trae por aquí con esa cara?' - contestó el médico. -'Tengo fobia a las cu......chas' - le dije. -'Pues aquí tenemos un montón' - añadió él. -'Me tocó graciosillo...' - pensé mientras hacía un veloz escaneo a las paredes y suelo de aquel despacho, por si acaso hablaba en serio...-'¿Nunca te han gustado los bichos?' - preguntó.-'¡Nunca!' - respondí yo. -'¿Y qué hacemos? Tampoco es para tanto...' - continuó el médico. - '¡No puedo hacerle la comida a mi familia, no aguanto más de un minuto en la cocina de mi casa, me he convertido en el capitán Garfio, abro cajones y puertas con tenazas, evito sentarme en sillas y más en sofás, utilizar el bidé es un verdadero calvario...levito encima de él!... - le conté -'Bueno, vamos a ver qué podemos hacer' - repitió pacientemente.

Me hizo un interrogatorio sobre mi vida, mis costumbres, mis preocupaciones, mis dolores y un montón de cosas más, y al terminar afirmó: - '¿Pero esa no es tu única fobia, verdad?'. - 'No' - contesté un poco cortada, me daba la sensación de ser un libro abierto para aquel hombre, y añadí - 'También me dan pánico las sucursales de los bancos, solo puedo entrar en las oficinas principales...'- expliqué. -'¿Y eso?' - se interesó. - 'A ver, es que cuando entro en una sucursal, estoy convencida de que detrás de mí va a aparecer alguien con un pasamontañas y una recortada diciendo 'esto es un atraco', y temo que si esto ocurre me dé un infarto y me muera'.

El me miró, y empezó a escribir notas en su libreta...- '¿Le digo que siempre he sido muy miedosa...o ya lo habrá notado?' .

Me dio un tratamiento que seguí obedientemente, a la par que ponía en marcha los demás puntos de mi plan. Le 'rompí la cabeza' a la presidenta de la comunidad de mi edificio, para que solicitara al Ayuntamiento una fumigación urgente de las zonas comunes (por cierto si alguna vez tenéis ese problema, que sepáis que tienen obligación de hacerlo y de forma gratuita, al menos en mi ciudad) y contraté por mi cuenta a una empresa especializada en exterminación de plagas para que hiciera lo propio dentro de mi casa.

No recuerdo el nombre de la empresa a la que llamé, pero sí al profesional del exterminio que me mandaron.

Yo esperaba una cuadrilla de personas con indumentaria tipo antinuclear, provistas de bombonas de pistola con algún tipo de gas mortal para las innombrables, y que a modo de Geos, entrasen en mi casa poco menos que dando un patadón en la puerta, o sea algo con peso, vaya. Pues nada que ver.

El día, y a la hora prevista para realizar los trabajos de fumigación, llamó al timbre un hombre joven, muy delgado, más bien bajo, un poco demacrado y que portaba un simple maletín de mano. Seco y serio en el habla, el chico, me preguntó: - '¿Dónde está el problema?'. Le acompañe hasta la cocina y le dije: - 'Aquí'. - '¿Hay muchas?' preguntó, - 'Bueno...realmente, solo veo unas dos o tres... y siempre de noche' - contesté. Yo no quería hablar más del tema, sencillamente quería que actuara, pero aquel ser humano insistía.... - '¿Y cómo son?' me dijo, -No son muy oscuras... no son muy grandes...tienen patas... son rapidísimas...' -expliqué sufriendo por tener que visualizarlas..

Hubiera preferido estar en cualquier otro lugar del planeta manteniendo cualquier otro tipo de conversación con cualquier otra persona. Pero no, allí estaba, con aquel individuo que parecía sobrino del conde Drácula, charlando sobre la fisonomía de mis 'animales favoritos'. - 'Son las rubias' - sentenció. - 'Qué bien... ¡pues ahora cárgueselas por favor!' - pensé yo. Pero como si alguien le hubiera pedido información extra,  él seguía: - 'Si usted ve una, es que hay cincuenta, si ve dos es que hay trescientas, si ve tres....; entran por todas partes, por las tuberías, por los enchufes, suben por los patios de luces...'. Yo ya no le escuchaba... Acababa de decidir que quería cambiarme de casa.

Al final, y a pesar de las apariencias, tanto la empresa como el empleado 'exterminator' resultaron muy profesionales. A tiro fijo, movió el lavavajillas de su sitio para 'explorar el terreno' de detrás y localizó el foco. De su pequeño maletín sacó un botecito con una sustancia pastosa que resultó ser letal para las susodichas. Me puso como pequeñitos 'mocos' de esa cosa por toda la casa, incidiendo en los puntos que él consideraba estratégicos: ranuras, esquinas, 'debajos' de... y en un par de días dejé de verlas para siempre. Me mudé años más tarde pero por otros motivos.

A nada que rasques en la vida de los demás, te das cuenta que todos tenemos debilidades. Las fobias, miedos y defectos forman parte de nuestra vida y de nuestra forma de ser, en igualdad de condiciones que las virtudes, sueños o habilidades. Contra los primeros hay que luchar, y de los segundos, disfrutar. Y en ambos casos, si se puede, utilizar el humor como terapia complementaria (más el psiquiatra, claro).

lunes, 12 de mayo de 2014

¿Para que sirven los recuerdos?




  (Esta foto es de Aurora Soler Vidal, una 'no' amiga que corrige mis
 frecuentes contradicciones a la hora de contar mis historias. Gracias Aurora.)


La muerte es una de las cosas de las resulta casi imposible, extraer algo positivo. Cuando alguien cercano se va y más cuando lo hace sin avisar, recibimos tal 'tantarantín' que de repente, vemos nuestra vida patas arriba. Todo aquello que nos proporcionaba seguridad se vuelve frágil, se hace lejano. La muerte es dura, muy dura. 

Y la culpa es de los recuerdos.

Hace muchos años, todavía era una niña, me gustaba escribir poesías. La afición me duró lo que mis años de estudiante. Me viene a la memoria, de aquella época, un final de verano lleno de dudas existenciales en relación a la carrera que estaba estudiando, la cual no me convencía para nada, y en el que una emprendedora amiga, me convenció de que teníamos que publicar mis poemas. Pasamos quince días de septiembre estupendos con mis cutres papeles en la mano poco menos que emulando a una ‘Neruda y su representante’ buscando una imprenta que los editase bajo presupuesto cero . Menos mal que todavía no existían las redes sociales...

De aquellas inspiraciones, que no sé ni dónde están, hay unos versos que me gustan mucho y que no se han perdido porque me los guardé en mi memoria. Es un poemilla muy breve que dice:

Qué ahí tan vacío yo tuviera,
si tan solo tu recuerdo lo llenase,
pero nada, habría nada, ni el ahí,
si mirando en mis días , viendo en mí,
por no conocerte no te hallase.

Es lo que sentía y lo que siento. Cuando alguien se va, nos aterroriza la idea de que todos los sentimientos, las sensaciones y las vivencias junto a esa persona, no se repetirán jamás. No es así, nos quedan los 'malditos recuerdos'. Y eso es lo que duele.

Pero imaginad por un momento que quien se va, se llevara también nuestra memoria común. Dejaríamos poco a poco de ser lo que somos. Sería suficiente con vincular a cada persona que pasa por nuestra vida, con una simple sensación, una etiqueta, fulano...amor, mengano...amistad, citana...alegría, fruto de las experiencias compartidas con ella, pero sin palabras, sin introducción, nudo y desenlace, sin foto...

¿Para que sirven los recuerdos? Aunque a veces duelan como puñales, los recuerdos llenan nuestra vida. Claro que cuando un ser querido se va, nos deja un gran vacío, pero es un vacío lleno.

Mucho peor sería tener un vacío,…vacío.


domingo, 4 de mayo de 2014

Que el primero venga así y tener cinco más...tela


Hoy, bueno, ya ayer, fue el día de la Madre. Como todos, yo también tengo una, y bien se merece unas palabras mías este primer domingo de mayo. Soy su única hija (que no es lo mismo que ser hija única).

Realmente pienso que ya empezó a pasarlas canutas con su prole, antes incluso de que  hubiéramos nacido y os explico por qué. Lo flipante es que ella lo cuenta como si nada, como si tal cosa, como 'mira que detalle me paso ayer'....

Año 1966,  10 de diciembre, frío de narices, embarazada casi de nueve meses de mi hermano mayor,  va y decide, mientras colgaba una colada, que se marcha  con mi padre a Madrid a recoger a sus suegros que de vuelta de un viaje, aterrizaban en la capital al día siguiente. Su madre, mi abuela,  que fue una mujer excepcional,  le había dicho una vez: “acompaña a tu marido hasta el fin del mundo”,  y ella...literal.

No sé como estaba España en aquella época, yo todavía estaba en el limbo, pero por lo que cuentan, por las fotografías y por lo que vi en el Nodo, me da que un poco complicada para viajar en esas condiciones, pero mi madre debió pensar: “Madrid, comparado con  del fin del mundo, es la casa de la vecina, así que yo me voy”, desoyendo por cierto, a la vecina,  que también colgaba su ropa en el patio común,  y que le aconsejó que mejor estaba quietecita en casa después de escuchar a mi madre contarle su inminente plan de desplazamiento.

Comenzaron el viaje por la tarde y “muy prudentes” mis padres, al anochecer, deciden hacer un alto en el camino y pasar la noche en el Parador de Puebla de Sanabria, provincia de Zamora,  que se caracteriza por sus temperaturas extremas tanto en verano como en invierno (hasta -15º). Mi padre, de nuevo “muy prudente”, le indica al botones del Parador que le vacíe el agua del coche  para  evitar que se le congele durante la noche, cosa que el muchacho hace solícito.

Hasta aquí todo bien. Pero mira tú por donde, a las 2.00 de la mañana de esa noche, mi madre rompe aguas. Panorama donde los haya...Despiertan a la directora del Parador (entonces jefa) y le cuentan lo que ha pasado. La buena mujer, avisa en seguida al médico-veterinario-boticario del pueblo que acude en taxi,  todavía con la legaña pegada. Cuenta mi madre que el reconocimiento que le hizo el 'polifacultativo' consistió básicamente en meterle el brazo cuan largo era, por el orificio de salida de los niños al nacer...hasta la garganta (perdón por lo gráfico). Diagnóstico: “vayan a Zamora capital o regresen a Vigo, que esto empieza ya”. Mis padres, creen que lo mejor es volver a Vigo, empaquetan, cogen el coche e inician la vuelta a casa.

Diréis que tampoco fue para tanto la aventura. Pues tenéis  razón,  pero es que la cosa no acaba ahí. Con las prisas y el sofocón, a mi padre se le olvidó el pequeño detalle de volver a poner agua al coche, así que  en plena gélida noche castellana el vehículo sesentero empieza a echar humo a la altura de Requejo, un pueblecito de  tres casas (no más), una de las cuales tenía curiosamente  luz a esas intempestivas horas de la madrugada. Un ángel les acompañaba, estoy segura, si no, no me lo explico.

Mi padre se baja del coche y entra en la casita iluminada,  que resultó ser el bar del pueblo,  a pedir ayuda. Mi madre espera paciente en el coche envuelta en una toalla, gentilmente cedida por el Parador,  porque las “aguas” seguían su curso y mi hermano amenazaba presentarse en cualquier momento en plan ¡hola k ase! Mi padre tardaba un poco...

Dice mi madre que no estaba nerviosa, ni siquiera cuando de repente,  en plan Santa Compaña, ve aparecer a dos hombres por el camino que tenía a su izquierda y que daba al monte. Uno portaba una caja de difuntos, el otro, la tapa de la caja de difuntos y los dos, alumbraban su paso con un candil. Ambientazo...

Pasada una media hora  aparece mi padre. Las personas que estaban en el bar,  eran familiares de un recién fallecido del pueblo que todavía debía estar de cuerpo presente en su cama (la caja fantasmagórica era para él), y debieron ver en mi padre,  a un hombre sabio que les enviaba la providencia y al que debían pedir consejo en relación  a la herencia y otros pequeños detalles ‘post mortem’. La  principal preocupación de aquellos hombres era,  como hacerse con los fondos que el recién finado tenía en el banco del pueblo, teniendo en cuenta que ya no era posible que les firmase un talón para retirar el dinero. Mi padre agradecido por la ayuda prestada, que consistió en despertar a un taxista de Madrid que casualmente pasaba unos días de vacaciones en Requejo, les asesoró como pudo.

Entre todos, familiares del difunto, taxista y mi padre deciden que el plan a seguir es remolcar el coche hasta Puebla Sanabria de nuevo, y allí buscar un mecánico que lo repare. Tomando un camión prestado por uno de los vecinos,  a modo de grúa-remolque, el taxista ató con una cuerda el maltrecho vehículo y mis padres, taxista, camión y coche, emprendieron rumbo a Sanabria.  ¡Menos mal que la cuerda solo se rompió tres veces durante el trayecto!

Como el taxista era temeroso de la guardia civil, sobretodo de las 6.000 pesetas de multa que le podían caer si le pillaban remolcando un coche a esa horas en esas condiciones,  comunicó a mis padres que pararía en la gasolinera que estaba a la entrada de Puebla y que allí tendrían que buscar un plan B (yo diría que ya iban por el F vamos).

Pues, he ahí mi padre,  a las 5.00 de la mañana, recorriendo las calles a pie y llamando a todas las puertas donde ponía que arreglaban algo. Pero nada, ningún mecánico del lugar estaba por la labor de madrugar. Llevaba casi una hora de infructuosos intentos,  y el pobre hombre ya estaba un poco desesperado,  cuando alguien le dijo que había otro taxista en Sanabria que posiblemente podría llevarles a Vigo. Localizado el sujeto 'posible salvador',  al que le costó verdadero esfuerzo levantarse de la cama (parece ser que lo despertaban y se dormía, lo volvían a despertar y se volvía a dormir, hasta que a la tercera espabiló), por el módico precio de 4.000 pesetas de las de entonces, accedió a emprender el camino a Vigo. Cinco horas, en las que de vez en cuando se giraba hacía atrás  y preguntaba a mi madre: ¿le duele señora?  Yo no sé si es por ese motivo que ella siempre ha llevado en su coche un San Cristóbal, patrón de los taxistas.

Mi madre, agarrada por mi padre para evitar malos movimientos en las curvas, y envuelta en su abrigo de astracán y la toalla del parador,  aguantó como una jabata el trayecto sin quejarse. Llegaron a Vigo directos al hospital,  donde poco después  nacía felizmente mi hermano mayor  con tres bultos en la cabeza, pero nada que ver con las peripecias de mis padres. Simplemente,  es que a pesar de haber estado amenazando desde el día anterior con aparecer en este mundo de forma inoportuna, al final tuvieron que sacarlo con ventosas, porque el tío no quería salir.

Antes de los doce meses, ya estaba yo diciendo ¡hola k ase!, y así hasta seis, por lo que pienso que mi madre como casi todas las madres, olvidó pronto lo malo y se quedó solo con lo bueno. Lo sigue haciendo,  y se lo quiero agradecer con este post que le dedico con todo mi cariño. 

viernes, 2 de mayo de 2014

La vida estándar



Quiero decir tantas cosas que temo que esta primera entrada me salga un poco desorganizada, pero tampoco sería raro porque así soy yo, desorganizadilla por naturaleza, o por genética o por costumbre....Hoy estreno mi blog.

Es un proyecto personal que me lleva rondando desde hace tiempo,  pero que por poner demasiada atención en el continente, más que en el contenido, he ido postergando y postergando...hasta esta tarde.

La vida es así. Durante días, meses e incluso años forjamos sueños que no pasan de ahí. Llegamos a  convencernos de que nunca se cumplirán y que acompañaran nuestra existencia únicamente como vía de escape ocasional. Tengo un sueño,  o sea vivo. Pero si los sueños son persistentes, si nos hemos prometido a nosotros mismos llevarlos a cabo, si nos vemos capaces, si rumiamos constantemente como conseguirlos, un día te levantas y ¡zas!... ¡ahí está!... ¡lo estás haciendo!

Lo primero que te preguntas es: ¿pero por qué no lo he hecho antes? Pregunta que irá a parar al saco de los grandes enigmas  de la humanidad,  por supuesto. Yo tengo cantidades astronómicas de este tipo de preguntas que ya iré contando, hoy no.

El caso es que esta tarde, cuando conducía para recoger a mis hijos del colegio, lo vi claro. ¿Que eres? me preguntaba. El coche iba solo. Llevo haciendo ese trayecto diariamente desde hace 13 años y esto, junto con  mi habitual tendencia a la dispersión, hace  que a veces, me 'teletransporte', (cosa nada recomendable) es decir, salga de casa y llegue a mi destino sin ser consciente del camino recorrido. Insisto, al volante, mucha atención. El caso es que,   ensimismada en mis pensamientos y cuestionándome un montón de cosas de la vida y de mi vida, de repente me vino a la mente una frase...crucial.

Me sentí al mismo tiempo muy contenta y un poco triste. Parece una contradicción,  pero no lo es. Se puede estar feliz y triste a la vez. La alegría obviamente era por haber encontrado la idea. Estaba eufórica, deseando volver a casa para escribir. Tenía miedo que se me olvidara...otro de mis males. Lo olvido todo. Y la tristeza, bueno, si tengo que ser justa, no era tristeza como tal, era más bien una  lánguida resignación, esa sensación que te provoca reconocer que no estás por encima de la media pero que tampoco te importa mucho, porque estás a gusto en tu pellejo.

Pues ahí iba yo, emocionada, en mi pequeño y poco cuidado coche, pero con la ITV recién pasada con nota (ya os contaré cosas de la ITV...),  cuando recordé que tenía que ir al súper. Desconecto el 'teletransporte' por los pelos, casi me paso el desvío a Mercadona y ¡hala! ¡a hacer la compra!

A pesar de llevar todas mis necesidades alimenticias y de limpieza perfectamente apuntadas en una improvisada lista, al final como siempre,  ni compré todo lo que necesitaba ni necesitaba todo lo que compré. ¿Por qué mi lista de la compra y mi carro nunca se ponen de acuerdo? Ella es ahorradora, disciplinada y está muy concienciada con la salud, la dieta mediterránea, la pirámide nutricional y todas esas cosas. Pero él es insaciable, goloso, vago y un despilfarrador.

Reanudé mi viaje, ya estaba cerca de los coles y a los pocos minutos estaba recogiendo a mi hijo mayor. Hijo mío....,  y de la tecnología,  claro. No porque hubiera tenido dificultades para quedarme embarazada, ¡qué va!,  simplemente porque este chico no trajo una barra de pan, no. Este vino con las Google Glass puestas...Que pasmosa facilidad para la informática, que prodigio de las aplicaciones móviles, que portento de la World Wide Web...

Como la diferencia generacional  y  el ejercicio de nuestros diferentes roles, madre e hijo no son suficientes, tenemos la tecnología para meter el dedo en la llaga....Mi hijo me sitúa en el Paleolítico. Y no en el Superior, o Medio, directamente en el inicio del Inferior, o sea 2,5 millones de años AP (antes del presente).

Total que necesitaba su ayuda. La tecnología blogger se me escapa. A mí dame una hoja de Word en blanco y me apaño,  lo malo es que luego,  no sé qué hacer con ella aparte de guardarla en una carpeta del caótico escritorio de mi ordenador “a pedales”. Que conste, que tengo un portátil nuevo, gama barata pero mucho más moderno. ¿Y por qué no lo estoy usando? Pues porque  Windows 8 está 'guay del Paraguay’...pero no me obedece, y además me estresa. Espero escribir la segunda entrada de mi blog, o la tercera, bueno...o alguna, en mi superportátil pero por ahora, lo tengo castigado hasta que se convenza de que la que manda en casa soy yo.

¿Dónde estaba? ...¡ah! Le iba a pedir a mi hijo que me diseñara un blog. No sabía cómo encarar el tema. Las peticiones de mamá siempre son “raras” y nunca urgentes. 'Haz la cama', 'ordena tu cuarto', '¿te importa bajar a la tienda que no tengo arroz y estoy haciendo una paeeella?', '¡hijooooo, mata ese bicho que tu hermana tiene pánicoooo! (disimulando que la  del pánico soy yo, claro)....Pues nada, nunca resulto convincente. Así,  que para evitar que el bicho se reproduzca y se me instale en casa con toda su familia,  antes de que mi hijo decida acudir en mi ayuda, termino arreándole yo un escobazo, con los consiguientes gritos y saltitos, esos movimientos de pies para arriba y para abajo que hacemos las mujeres ante la cercana presencia de un insecto sospechoso,  aunque este muerto y  'remuerto'. No sé... ¡siempre queda  posibilidad de que resucite y te suba por las piernas!

¿Pongo voz autoritaria? o ¿se lo pido tristemente a ver si le doy pena?.... pensaba yo cuando mi hijo subió al coche. Esperé a que me contara que tal su día en el cole y cuando terminó de hablar, no recuerdo que tono utilicé (para usarlo siempre, digo) le espeté: - 'Hijo, hoy me tienes que hacer un favor: quiero que me hagas un blog'. Me miró y tardó unos segundos en contestar, que a mí me parecieron años. - ¡Vale! - me dijo. - ¿Vale? - pensé yo...eso significa si,  o por lo menos...no significa no. - ¿Y cómo se va a llamar? me preguntó. - 'La vida estándar',  - le contesté. -  'Bien',  - añadió él'.   -'Increíble' - pensé yo.

Por supuesto, comenzar una conversación profunda conmigo para saber por qué había elegido ese nombre, ya era demasiado para ese día, así que sin más preguntas,  cuando llegamos a casa me hizo un blog, bueno, más bien 'un  espacio',  donde publicar mis post que no son otra cosa que la salida a la necesidad que tengo de escribir. Me encanta contar historias, mías y de otros (tranquilos amigos y conocidos). Me parecen alucinantes casi todas las cosas que nos pasan cada día. En términos generales me gusta mi vida, y también me atrae la de los demás, no por curiosidad o cotilleo, simplemente por su contenido en sucesos, anécdotas, aventuras, sentimientos, experiencias, afectos, sensaciones, interrogantes...vivencias en definitiva. Todos tenemos algo que contar.

Lo de La vida estándar no tiene más explicación que considerar que tanto yo como mis circunstancias, obedecen a una existencia normal, como decía antes, ni por encima ni por debajo de la media, que ya es bastante por cierto. Y que siendo madre me haga bloguera, eso ya es el colmo de lo corriente, vaya. Pero descubrirlo, ha sido genial.