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lunes, 8 de diciembre de 2014

La colmena




He vivido mi segunda experiencia como feriante. Aunque económicamente hablando no ha resultado muy rentable, la experiencia ha sido magnífica.

Hace un año, ya me estrené como 'top manta' en Portugal. Aquel día, el desconocimiento de como funciona un mercadillo, junto con mi habitual tendencia a la improvisación, nos obligó a poner nuestros productos encima de una sábana en el suelo, porque la mesa que llevamos a modo de expositor era realmente pequeña.  Hacía muchísimo calor y lo más duro fue la carga y descarga desde el coche hasta nuestro supuesto 'stand'. Digo supuesto, porque lo que teníamos por todo concepto, eran unos metrillos cuadrados del suelo de un lóbrego macro galpón.

Pero se ve que soy carne de feria, porque me apasiona este mundo. Este puente, estuve en Bee Market , un mercadillo solidario mucho más cómodo, organizado y moderno que mi 'top manta' portugués, bajo techo, con música en directo, entretenimientos continuos para niñosbar donde comer un sabroso pulpo o unas deliciosas lentejas, y lo mejor, rodeada de emprendedores.

Tanto la  organización, como los expositores, el personal de apoyo,  los animados y maravillosos chic@s de los talleres para niños...todos emanaban solidaridad y ganas de echarle un par de 'eggs' a la vida.

El concello había programado muchísimas actividades y eventos por la ciudad para estos días. Hizo frío pero no llovía. Los vigueses tenemos siempre 'mono' de calle y aire libre porque la lluvia suele encariñarse con nuestra tierra,  y cuando llega le cuesta marcharse. Y posiblemente, las abejitas, símbolo del Bee Market, estuvieron más pendientes de su trabajo de obreras que de darse a conocer. Por eso, vino poca gente a visitarnos.

Una pena, porque se perdieron una colmena de gente con ideas y  ganas de trabajar; personas que emprenden, inventan y fabrican productos novedosos como el paté de centolla y de nécora, productos de moda originales, exclusivos y de diseño propio, artículos de bisutería artesanales hechos a mano (a veces, con ayuda de gafas para la presbicia), simpáticos adornos realizados por personas discapacitadas, ropita para bebé confeccionada con un absoluto detalle, perfección y buen gusto...y un montón de cosas más que merece la pena conocer.

Un lugar donde los niños quisieran quedarse a vivir para siempre, porque les enseñaban cosas maravillosas, como la forma de  hacer un teatro con una simple caja de zapatos,  un instrumento musical con dos chapas de cerveza y un poquito de cartón, o una preciosa pulsera o collar multicolor. Por no hablar de la magia....creo que todavía debe haber algún pequeño que no ha conseguido cerrar la boca de la impresión.

Cuando los músicos descansaban o terminaban de tocar, el escenario no se quedaba vacío porque todos los niños subían a él para demostrarnos que ellos también son artistas.

Yo fui a Bee Market como expositora,  con dulces de todo tipo, casi todos caseros, Algunos ya conocéis a mis ayudantes de cocina, mis hijas. El rato que pasamos las tres de preparación entre fogones, fue ya un lujo de risas y trabajo en equipo. Hay que mentalizar a la pequeña de que con la masa no se juega, pero aparte de eso, disfrutamos de unos momentos geniales.

Lo dicho, una gran experiencia la de este puente. Yo ya me considero abejita de Bee Market, y repítase cuando se repita el evento, allí estaré como parte de la colmena. Os avisaré con tiempo para que podáis disfrutarlo conmigo.




2 comentarios:

  1. Me encantó tu equipo y seguro que valió mucho la pena. Siento no haber podido ir, pero seguro que si eres carne de feria...habrá más oportunidades. Enhorabuena María, hay cosas que no se pueden comprar con dinero, y tú lo sabes mucho mejor que yo. Un besazo ;)

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  2. Vete preparándote que a lo mejor no falta mucho para la próxima....ayyyy el dinero....esa cosa que nos piden al salir de las tiendas.... ;) Besazo

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