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viernes, 16 de mayo de 2014

Lógica infantil



Me encantan los niños. Si no fuera por el 'trabajiño' que dan, los años que tengo y los achaques de mi último embarazo, no me importaría tener unos cuantos más.

La abuela de mis hijos, suele decir que siente horrores no haber tenido una libreta siempre a mano donde ir anotando las frases célebres de los pequeños de la casa,  porque con el paso del tiempo, se nos  van olvidando y es una pena. 

Recuerdo algunas de estas sentencias, falacias o 'palabros' inventados de mis niños y muchas veces, además de contarlas, me las repito a mi misma con el único fin de no olvidar.

Mi hija pequeña, que se lleva ocho y nueve años con sus hermanos mayores, pasó los primeros años de su vida 'autoeducándose' de rebote con los sermones  que le caían a los otros dos, y con los que su padre y yo, intentábamos orientar de la mejor forma posible que sabíamos, sus vidas. Él,  incidiendo básica y enérgicamente en el tema de los estudios, y yo en la cuestión de ser buenas personas. Los dos éramos bastante pesados e insistentes, cada uno con lo suyo, e inconscientemente nos repartíamos así la tarea.

Así que entre otras pláticas y monsergas hacia los mayores, las palabras examen, estudiar, deberes, educación, aprobado, suspenso...iban calando en nuestra hija pequeña sin darnos cuenta. Hasta aquél día en el que la niña, en su fantasía y queriendo no ser menos que sus hermanos, nos transmitió que ella también quería ser merecedora de nuestras enseñanzas y si era necesario, recibir una bronca (debía sentirse marginada y poco importante). Tenía apenas cuatro años.

Habíamos ido a recoger a los tres al colegio. En el coche,  a la que encontró un hueco para hablar, la pequeña soltó: - 'Hoy tuve samen'. Todos nos quedamos callados. No nos constaba que a esa edad se tuvieran 'sámenes'. En mi sorpresa, le pregunté: - ¿tuviste un exámen hija? caramba...¿y de qué?. - 'De Medio', -respondió ella. -'Y ¿que te preguntaron en Medio?' -continué. - 'Lengua' -contestó toda llena de razón. Ya estábamos todos un poco perdidos pero había que saber como acababa aquello, así que seguí interesándome. -'¿Y que temas estudiáis en Lengua? dije. -'Mates' -dijo la niña, ya un poco harta de mí. Supongo que para ella lo interesante era simplemente decir que había tenido 'samen', mis preguntas sobraban. Pero yo no claudicaba y seguí. -'Dime cariño, ¿y que estáis estudiando en Mates? Me miró como si yo fuera  una inculta de la vida y zanjó la conversación con su lengua de trapo espetando con total seguridad: -'¡Pos que vamos a estudiar en Mates mamá!...¡mates, miecoles, jueves....!. Me quedó claro.

También recuerdo, cuando aun eran pequeños, hacer a mis hijos mayores la sempiterna pregunta de 'que queréis ser de mayores', por cierto,  me gustaría saber que dicen ahora los niños ante esa cuestión porque supongo que los clásicos: bombero, monja, peluquera, policía...estarán cayendo en desuso...me suena que la mía pequeña quiere ser estrella del pop...y debe ser de familia el tema del espectáculo porque en aquella ocasión, uno respondíó,  'cantante' y la otra en la misma línea..., 'bailante'. Tengo que decir que con los años sus preferencias han evolucionado bastante,  así que no tendré en casa ni un Bisbal ni una Sharika...bueno, por ahora... (a ver como termina la 'estrella del pop').

Yo misma hice pasar un mal rato a mis padres cuando todavía iba en silla,  un domingo en que fuimos a misa toda la familia. Era una iglesia,  aún existe,  en la que preside el altar la figura de un Cristo crucificado enorme,  que parece volar sobre todos los feligreses. A mi aquella imagen me debió impactar, y en el silencio del culto,  solo interrumpido por las palabras del sacerdote,  desde mi sillita de paseo, empecé a sacar mis propias conclusiones...-¡Mamá, tene manos! - dije en voz baja refiriéndome a aquel gran Cristo. -¡Calla María! - susurró mi madre. -¡Mamá, tene pies! - insistí un poco más alto. - ¡Calla María! - me repitió mi madre. -¡Mamáaaa, tene culooooo! - exclamé a grito pelado. Mi padre decidió que mejor esperaba conmigo fuera de la iglesia a que acabara la misa, pero antes tuvo que atender a uno de mis hermanos que extendiendo la mano le decía: ¡Papá, dame una 'pezeta' para el 'pezetero'!  (era el momento de la colecta).

Se que es un error de bulto, no corregir estos deslices lingüísticos a los niños, pero yo siempre fui incapaz de hacerlo. Es más, siempre los he incorporado a nuestra vida diaria,  y todos en casa los utilizábamos  de forma normal, hasta que con el tiempo desaparecían por ley natural.

Es una de las cosas que más me gustan de los niños, su sencilla y casi siempre lógica manera de expresarse, que a veces supera en sentido común, a los adultos. No sé si es pasión de madre...



2 comentarios:

  1. María, yo no tengo hijos, pero me río mucho con la forma en que hablan mis sobrinos y utilizo sus palabras.....y un buen día me doy cuenta, de que son ellos los que corrigen mi manera de hablar...y me hacen reir mucho.
    Mi sobrina se pasó años llamando a las azafat@s, fátimas y fátimos..nunca la corregimos, hasta que ella nos corrigió a nosotros.
    Y en mi familia que me llaman "Chati"...he sido "Taaachi" (pronunciado con enorme dificultad) y ahora para el más enano soy "Tíachachi" (todo junto) y me encanta, cuando se hacen mayores, aún me llaman así de broma y se ríen mucho de sí mismos, algo fundamental en la educación y formación de personitas ;)

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  2. ¡Totalmente de acuerdo! Me encanta lo de las fátimas y fátimos... En el colegio de mis hijas, yo creo que durante todo Infantil y 1º de Primaria también, el cocinero "Aventura" les prepara una "saña" buenísima!!! (es Ventura y es la...saña). :)

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